SANTO TOMAS

1. RAZÓN Y FE

La fe es una forma de conocimiento que estudia a Dios y a las cosas creadas. Parte de la revelación divina, que es la comunicación al hombre por parte de Dios del conocimiento que éste tiene de sí mismo y de las cosas. Consiste en el asentimiento de la revelación divina, la cual es una verdad no evidente fiada en la autoridad de Dios. Se asiente porque Dios lo revela explícitamente.

Los artículos de fe son verdades reveladas explícitamente por Dios.

La razón consiste en el análisis, descubrimiento y demostración de verdades partiendo de la observación sensible. Busca relaciones de causa y efecto entre hechos y datos, las cuales acepta según su evidencia y claridad.

La razón se constituye en la ciencia, que es una forma de conocimiento verdadera. La metafísica es la parte más importante y en particular la teología natural, que estudia a Dios como fundamento y causa de las cosas. Parte de la observación sensible y usa los medios de la razón.

La teología sagrada o sobrenatural es una forma de conocimiento en la que se estudia a Dios y a las cosas creadas. Parte de la revelación divina y de los artículos de fe, pero los analiza por medio de la razón. Profundiza argumentando racionalmente acerca de lo que se haya implícito en la revelación.

Es necesaria porque ayuda a la salvación eterna y a la salud mental y espiritual del hombre. Permite conocer lo que Dios ha revelado para que el hombre lo acepte y viva con ello.

Los preámbulos de fe son verdades reveladas que se pueden alcanzar por la razón, como la existencia de Dios y la espiritualidad e inmortalidad del alma.

La razón y la fe no se contradicen. La razón no puede demostrar los artículos de fe y la fe no puede valerse de las verdades de razón. Ambas son autónomas. La revelación y la inteligencia humana son obra de Dios, el cual no puede contradecirse, por lo que tiene que haber concordancia entre ellas.

                                             

2. METAFÍSICA

2.1. Esencia y existencia.

El ente es un compuesto de esencia y existencia.          ENTE = ESENCIA + EXISTENCIA.

Sin la existencia, una forma no puede actuar sobre una materia, ya que no existe, por lo que la forma se comporta como potencia ante la existencia.

La existencia o el acto de ser consiste en poner en la realidad una esencia. Es condición de toda perfección y ante ella todo se comporta como potencia. Es lo más profundo de cada cosa, la existencia da realidad a la esencia y esta, como existe, estructura la materia, dando lugar a un ente.

La esencia especifica y determina al ser. Cuando entra en composición con la materia, determina a esta y recibe de ella una individualización. Un ente no es el ser y por tanto no lo agota.

La esencia y la existencia son dos tipos de perfecciones distintas. Si las perfecciones que definen al ente (esencia) no se dan en la realidad (existencia) se quedan en posibilidad. La posibilidad de existir es potencia respecto a la existencia efectiva que es acto.

                  

Podrían existir entes inmateriales porque para ser ente basta con la composición de esencia y existencia, es decir que se puede prescindir de materia. Son formas que subsisten sin estructurar una materia. Es necesario demostrar que existen.

Un ente, que es un ser dotado de existencia y esencia, existe pero podría no haber existido. A eso se llama contingencia. Todo ser contingente es causado, es decir, su existencia se debe a una causa externa a él, la cual produce la unión entre causa y existencia. PRINCIPIO DE CAUSALIDAD.

2.2. Existencia de Dios.

La existencia de Dios no es evidente, como lo demuestra la existencia de ateos. La existencia de Dios a de ser demostrada partiendo de un efecto cuya existencia se conoce por la observación sensible.

Demostración es el proceso por el que se puede deducir la existencia de una causa primera, de la cual solo se conoce que existe y que es la causa de un efecto que conocemos.

Santo Tomás emprende 5 vías para llegar a la existencia de Dios. Estas vías son independientes entre sí, aunque poseen una estructura semejante. No excluyen otras pruebas posibles.

Estructura:

1.      Punto de partida. Es un hecho basado en la observación sensible. Es un aspecto del ente finito.

2.      Primer principio o principio de causalidad. El fenómeno observado ha sido producido por una causa.

3.      Segundo principio. Imposibilidad de un proceso al infinito en una serie de causas subordinadas.

4.      Causa primera. Depende del punto de partida. Es una causa primera que trasciende en perfección a sus efectos. Es un atributo o faceta de Dios.

Vías:

1.      Toma como punto de partida el movimiento y llega hasta el motor inmóvil (Aristóteles).

2.      Parte del análisis de la causalidad eficiente y llega hasta la causa eficiente que no es causada por otra, es decir, la primera causa eficiente (Avicena).

3.      Analiza la contingencia de las cosas y llega hasta un ser necesario y autosuficiente, que no necesita de otro para existir (Avicena y San Agustín).

4.      Estudia los grados de perfección de los entes y llega hasta un ser de máxima perfección (Platón).

5.      Parte de la observación del orden entre los seres, aunque no pueden autoordenarse y llega hasta una suprema inteligencia ordenadora. (Averroes y Aristóteles)

Dios es una perfección infinita, es un acto puro de ser, del cual participan limitadamente todos los entes.

Dios es el ser, cuya esencia es ser, no limitado por ningún tipo de determinación.

Mediante el acto creador, Dios confiere una existencia a la criatura. Esa existencia, por ser recibida por una esencia creada en el mismo acto que la existencia, es una naturaleza o modo de ser, dotado de perfección infinita. Luego esa naturaleza se individualiza al entrar en contacto con la materia (si es un ser material).

3. ANTROPOLOGÍA

3.1. El alma y sustancia.

El alma humana es al mismo tiempo forma del cuerpo y sustancia. Es una sustancia por tratarse de un compuesto de esencia y existencia. Es una esencia dotada de existencia propia aunque limitada.

El alma forma una unidad con el cuerpo, al que estructura y da operaciones vitales, pero no lo necesita para existir, es decir no lo necesita para ser sustancia. El ser humano realiza operaciones con desvinculación del cuerpo, como el conocimiento intelectual o el querer de la voluntad. Por lo tanto el alma es inmaterial, independiente del cuerpo, ya que  solo una sustancia inmaterial puede realizar operaciones inmateriales.

Pese a que el alma está por encima de la materia corporal, esta admite al cuerpo en su propia existencia y lo hace partícipe de la misma. Esa existencia en común de cuerpo y alma es la existencia del hombre.

El ser del hombre incluye pero al mismo tiempo supera lo material, por eso no siempre el alma se encuentra en unión con el cuerpo. Por lo tanto, el ser del hombre permanece en el alma al corromperse el cuerpo. Según Santo Tomás, cuando el cuerpo es reparado en la resurrección, vuelve a tener el mismo ser que permaneció en el alma.

El alma separada no está completa aunque tenga subsistencia propia, ya que es una sustancia cuya naturaleza incluye la animación de una materia. Por eso cuando está separada del cuerpo permanece a la espera de la unión con este. Encaja con la resurrección de la carne, aunque es un dato que solo puede ser conocido por revelación.

3.2. Ética. Ley natural y conciencia.

El ser humano por ser espiritual, es sujeto de su existir y de su obrar. Es un individuo subsistente de naturaleza racional, es decir, una persona única e irrepetible, con una dignidad eminente, que no debe ser nunca tomada como objeto de utilidad.

La Ley natural es una norma moral objetiva. Es el conjunto de exigencias del modo digno de ser del hombre, con la participación de la sabiduría creadora de Dios. Las leyes contrarias a la ley moral natural no tienen fuerza moral.

El hombre tiene conciencia moral, que es su propio juicio, en el que aplica los principios de la ley moral objetiva a las situaciones concretas. Esta conciencia puede equivocarse, por eso se debe formarla y educarla según el la ley moral objetiva y la ley divina. Si el error es incorregible el sujeto debe seguirlo.

3.3. Pensamiento social.

La ley es una cierta ordenación de la razón dirigida al bien común y promulgada por la autoridad, la cual está al cargo de la comunidad. Cuando el gobernante no usa el bien para el bien común es un tirano. Existe justificación moral para levantarse contra él, si no se producen mayores males que los padecidos, ya que su autoridad le viene de la función social que desempeña.

El hombre no es una parte de la sociedad, como pensaban los griegos. La sociedad ha de ordenarse a la persona, principio, sujeto y fin de la vida social.

La mejor constitución de una ciudad o nación es aquella en la que uno es depositario de la autoridad y preside sobre todos, ayudado de otros que le ayudan a gobernar. Esa autoridad es de todos, ya que todos pueden ser elegidos y tomar parte en la elección. En la actualidad sería una república, en la que el presidente, aconsejado por otras personas, gobierna sobre los demás, pero a su vez, cualquier ciudadano puede participar en su elección y llegar a ser presidente.

4. CONTEXTO

Tras la caída del Imperio Romano en el 476, desaparecen todas sus instituciones. Tiene lugar un largo periodo en el que la cultura queda relegada a los monasterios, que son pequeños núcleos en los que se conserva y cultiva la cultura. Los visigodos empiezan un florecimiento cultural pero es frenado por la invasión musulmana en el s. VIII.

En el siglo IX, Carlomagno impulsa un renacimiento cultural. Las escuelas monásticas y catedralicias se extienden por toda la Europa cristiana. Es la etapa de la Escolástica. Como origen de esas escuelas, se forman la Universidades. Son unas organizaciones de profesores y alumnos, que adoptan una organización bastante independiente inspirada en los gremios profesionales. La Universidad de París fue la primera en fundarse. En las universidades se concentraban estudiantes, científicos y pensadores, entre ellos destacará Santo Tomás de Aquino, doctor de la Universidad de París.

Tras la muerte de Aristóteles tiene lugar el helenismo. Es un periodo cultural en el que se olvida la doctrina de Aristóteles y se recupera la de Platón, en la que se basa San Agustín para explicar el cristianismo.

Cuando cierran las escuelas atenienses en el siglo VI, los seguidores de Aristóteles huyen a Damasco. Durante la presencia de los musulmanes en el s.XII en Al-Andalus surgen sabios musulmanes como Avicera y Averroes que enseñan la filosofía aristotélica. Para los cristianos, Aristóteles es el filósofo del Islam.

Las escuelas de traductores traducen la doctrina de Aristóteles al latín. Así llega a la Universidad de París, donde la estudia Santo Tomás, cosa que causa cierta polémica por estudiar al filósofo del Islam. Santo Tomás también conoce el pensamiento agustiniano.